La fe en que no hay acontecimiento feliz o desgraciado al que no podamos dar un sentido enderezándolo al bien, me ha acompañado siempre y me sigue acompañando, y no estoy dispuesto a renunciar a ella, ni para mí ni para los demás.
La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.
Se puede hacer muy poco sólo con fe, no puede hacerse nada sin ella.
Aquel que tiene fe no está nunca solo.
El hombre que tiene fe ha de estar preparado, no sólo a ser mártir, sino a ser un loco.
Las ideas, como las pulgas, saltan de un hombre a otro. Pero no pican a todo el mundo.
Si el hombre tuviera más sentido del humor, las cosas podrían haber resultado diferentes
Un hombre que durante toda una semana no hizo más que golpearse la cabeza, tiene pocos motivos para estar orgulloso
El que puede gobernar su voluntad es mil veces más afortunado que si pudiese gobernar al mundo
Para torturar a un hombre tienes que conocer sus placeres