Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
No desprecies a nadie: un átomo hace sombra.
Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela.
Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio.