Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
Porque a mí me podrían arrancar el recuerdo como un brazo, pero no la esperanza que es de hueso y cuando me la arranquen dejaré de ser esto que te estrecha las manos
Todo en la tierra se aleja alguna vez. La luna y el paisaje. El amor y la vida
El reloj, en mi muñeca, dice que son las cinco de la tarde. La hora de los adioses, la hora en que la misma tarde agita nubecillas en despedida
Creo en la libertad a pesar de los cepos, a pesar de los campos alambrados
Muere un amor en mitad de la esperanza y un silencio sepulta su cadáver de pájaro