Nuestra felicidad se hace a veces con las cosas que desdeñamos.
Todas las familias felices se parecen entre si, las infelices son desgracias en su propia manera.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Es menester, en cuanto esto sea posible, que fundamentéis la felicidad en vosotros mismos, y que encontréis en vuestro ser el equivalente de los bienes que la fortuna os ha rehusado.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
Hasta las bacterias funcionan por consenso, o no funcionan
Hay menos burocracia y menos dogmatismo en el intento de percibir lo que es la astrofísica que lo que es la reforma laboral
Al sexo le pasa como a la memoria, si no se utiliza, desaparece
Sin emoción no hay proyecto
Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción