El que tiene miedo de la pobreza no es digno de ser rico.
No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminado la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores.
La pobreza es un gran enemigo de la felicidad humana. Destruye la libertad y hace impracticables algunas virtudes y sumamente difíciles otras.
Sólo hay una clase de la sociedad que piensa más en el dinero que los ricos, y son los pobres. Los pobres no pueden pensar en otra cosa. En eso consiste la tragedia de ser pobre.
El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.