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En la política el arrepentimiento no existe. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento.
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A pesar de las vanas teorías neocapitalistas, el Estado es cada vez menos el de todos y cada vez más el de unos pocos
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La crispación española debe mucho, por desgracia, a tener una Iglesia muy de derechas, muy nacionalcatólica, muy distinta a la Iglesia de otros países
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Ser secretario de un partido comunista era ser Luzbel. Tenía que comenzar los primeros mítines diciendo que no tenía ni rabo ni cuernos
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En otras épocas consideré la ternura como una debilidad de la que tenía que protegerme