Hay que instruir a la juventud riendo; reprender sus vicios con dulzura y no asustarla con el nombre de la virtud.
De mis disparates de juventud, lo que me da más pena no es haberlos cometido, sino no poder volver a cometerlos.
La inexperiencia es lo que permite a la juventud llevar a cabo lo que la vejez sabe que es de imposible realización.
El problema de la juventud de hoy es que ya no forma uno parte de ella.
La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.
La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.
El orden es el placer de la razón pero el desorden es la delicia de la imaginación.
Hazles comprender que no tienen en el mundo otro deber que la alegría.
La inteligencia no es nada sin placer
Cómo hablaros del otoño cuando tengo todavía en el oído esa agria flauta de la primavera que me llena la boca de agua