A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Pensar es como vivir dos veces.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano.
Madre: la palabra más bella pronunciada por el ser humano.
La más bella palabra en labios de una persona es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.
No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir.
Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
La más bella palabra en labios de un hombre es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.