Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad.
La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
El recuerdo del mal pasado es alegre.
¡Qué felices serían los campesinos si supieran que son felices!
Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido
No confiéis en el caballo, troyanos. Sea lo que sea, temo a los Dánaos (griegos), aun portando regalos
La desesperación es el medio para quien no tiene ya esparanzas
Persevera, y espera un mañana mejor