El poder, lo poderoso, lo inalcanzable, está en nosotros mismos, encontrarlo te hará humilde.
El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente.
Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar.
El hombre que puede, es rey.
Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.
Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan.
El dictador más difícil de odiar es uno mismo
La malicia de las buenas personas es peligrosísima
Lo leemos en los Evangelios: cuando a Jesucristo le preguntan qué es la verdad, él nunca contesta