Pensar es buscar claros en un bosque.
Es muy importante acostumbrarse a pedir aclaraciones al otro, a preguntarle detalles, a invitarle a definir sus tesis con precisión. Así, a la vez que se aprende a escuchar se ayuda a pensar al otro.
Pienso, luego existo.
Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá sea esta la razón por la que tan pocas personas lo practican.
Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.
Para aumentar nuestro grado de autoestima, primero debemos aprender a vivir conscientemente, porque este es el fundamento de todo.
Las personas con alta autoestima no se sienten superiores a los demás; no buscan probar su valor comparándose con los demás. Disfrutan siendo quienes son, no siendo mejor que los demás
El respeto comienza con uno mismo
Debo respetar las opiniones de los demás incluso si no estoy de acuerdo con ellas
Existe una evidencia muy grande de que cuanto mayor sea nuestra autoestima mejor vamos a poder tratar a los demás