Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.
La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento. Son los que saben poco, y no los que saben más, quienes afirman tan positivamente que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera.
El honor es una isla escarpada y sin riberas: El que ha caido de ella, no puede volver a subir.
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Haceos con amigos dispuestos a censuraros.
A menudo el temor de un mal nos lleva a caer en otro peor.