Las grandes aflicciones jamás han enseñado, y mientras dure el mundo jamás enseñarán ninguna buena lección a parte alguna de la humanidad. Las miserias extremas, igual que las más grandes dichas, dejan ciegos a los hombres.
¿Alguna vez has visto la mirada de un perro abandonado en la calle? Si lo has hecho, habrás conocido la tristeza en toda su plenitud.
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
La tristeza no es, en muchos casos, sino la forma más refinada de la hipocresía.
La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
El hombre bueno es el héroe de los hechos cotidianos.
Quien cambia felicidad por dinero no podrá cambiar dinero por felicidad.
La incomprensión, más que la imposibilidad de comprender, es la imposibilidad de sentir.
El digno sufre. Pero su dignidad lo consuela
La dignidad es tan noble que compensa las pérdidas que causa