Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.
La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento. Son los que saben poco, y no los que saben más, quienes afirman tan positivamente que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
El amor es como el agua, si algo no lo agita se echa a perder.
La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida.
Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?
La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos.
La perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto.