El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Los deseos deben obedecer a la razón.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
Escribe para ti mismo, recogido, asombrado
Creación salvaje, sin límite, pura, surgida de las profundidades, en lo posible, alucinada. Eres un genio, siempre
Las únicas personas que me agradan son las que están locas: locas por vivir, locas por hablar, locas por ser salvadas
Acepta perderlo todo
Mantente abierto y atento a todo, escuchando