Aprecio al dinero más que a todas aquellas cosas que el dinero puede dar, pero menos que a las cosas que no podrán nunca alcanzarse con el dinero y que son las más excelentes aun en esta misera vida.
Una recta economía nunca se olvida de que no siempre es posible ahorrar; quien pretende economizar siempre, está perdido aun moralmente.
Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos.
El dinero lo ganan todos aquellos que, con paciencia y fina observación, van detrás de los que lo pierden.
Somos gente extraña. Nos pasamos la vida haciendo cosas que detestamos con objeto de ganar dinero para comprar cosas que no necesitamos e impresionar a personas que no nos caen bien.
Hay que actuar intuitivamente, obedecer la ley profunda del amor, fundada en una tolerancia absoluta. Es la ley la que tolera o admite que las cosas son lo que son, el auténtico amor no duda nunca, nunca enjuicia, nunca rechaza ni exige. Regenera, restableciendo una circulación hacia el infinito. Quema, ya que conoce el auténtico sentido del sacrificio. Es la vida iluminada.
Cada día de nuestra vida estamos creando nuestro destino.
Si tu llamas experiencias a tus dificultades y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, vas a crecer vigoroso y feliz, no importa cuán adversas parezcan las circunstancias.
Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra.
La monogamia es como estar obligado a comer papas fritas todos los días.