No hay camino para la paz; la paz es el camino.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados los Hijos de Dios.
La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.
La paz comienza con una sonrisa.
Que tu pensamiento no rebase el tiempo presente; he aquí el secreto de la paz.
Es mucho mejor sufrir por una mujer viva y hacer el ridículo por ella, que tener un fantasma sentado año tras año en el corazón.
La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.
Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar.
El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida.
Tener un hijo no es tener un ramo de rosas.