El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.
El trabajo aleja de nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.
La desconfianza es madre de la seguridad.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
Hay que ser remero antes de llevar el timón, haber estado en la proa y observado los vientos antes de gobernar la nave
No es posible vivir con estas malditas mujeres, pero tampoco sin ellas