El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Los deseos deben obedecer a la razón.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
La mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos.
Te odio con el odio de la ilusión marchita.
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos.
Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta aquellos que creas más exteriores y materiales.
El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible. Todo nacimiento es una aparición.