La gente tiene más temor a la muerte que al dolor. Es extraño que ellos teman a la muerte. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor termina.
¿Qué es más fuerte que la esperanza? La muerte. ¿Qué es más fuerte que la voluntad? La muerte. ¿Más fuerte que el amor? La muerte. ¿Más fuerte que la vida? La muerte. Pero, ¿qué es más fuerte que la muerte? Yo, evidentemente.
Yo no le temo a la muerte, es la apuesta que se pone para jugar al juego de la vida.
La muerte no llega más que una vez, pero se hace sentir en todos los momentos de la vida.
La tristeza de la separación y de la muerte es el más grande de los engaños.
Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria
Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas
Solamente los fanáticos, que son idealistas y son sectarios, no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran
Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores
Con las cenizas de los traidores construiremos la Patria de los humildes