Cada vez iré sintiendo menos y recordando más
Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón
Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió
Yo podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito
No sé tu nombre, sólo sé la mirada con que me lo dices
Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
Se puede olvidar a Dios en los días felices, pero cuando el infortunio llega, siempre es preciso volver a él.
El matrimonio es una carga tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres.
Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es una flor de roca que necesita del viento áspero y del terreno duro.