El saber es la única propiedad que no puede perderse.
No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.
Cada día sabemos más y entendemos menos.
La conciencia vale por mil testigos.
El que miente necesita tener buena memoria.
La ambición es un vicio, pero puede ser madre de la virtud.
No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.
Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.