Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
No es cobardía pesar las decisiones y vacilar cuando se trata de una resolución azarosa y más expuesta para los demás que para nosotros.
El talento puede dar prestigio, el valor puede dar soldados, la tiranía puede dar esclavos, pero sólo la justicia puede dar la fuerza.
Cuando tengas conocimiento de que has cometido un yerro, no vaciles en repararlo. Sólo reparándolo tendrás la conciencia tranquila
Verte, oírte, y no amarte... no es humano
Todo lo que aprendas, procura aprenderlo con la máxima profundidad posible. Los estudios superficiales producen con harta frecuencia hombres mediocres y presuntuosos