El poder, lo poderoso, lo inalcanzable, está en nosotros mismos, encontrarlo te hará humilde.
El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente.
Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar.
El hombre que puede, es rey.
Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.
El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla.
La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.
Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público.
Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.
La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.