El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Los deseos deben obedecer a la razón.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
Un corazón grande se llena con poco.
Estar en compañía no es estar con alguien, sino estar en alguien
Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. Y es ella la que me protege
Sí, eso es el bien: perdonar el mal. No hay otro bien
Quien perdona todo ha debido perdonarse todo