La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar.
Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.
Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito.
Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo.
Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría.