Las grandes aflicciones jamás han enseñado, y mientras dure el mundo jamás enseñarán ninguna buena lección a parte alguna de la humanidad. Las miserias extremas, igual que las más grandes dichas, dejan ciegos a los hombres.
¿Alguna vez has visto la mirada de un perro abandonado en la calle? Si lo has hecho, habrás conocido la tristeza en toda su plenitud.
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
La tristeza no es, en muchos casos, sino la forma más refinada de la hipocresía.
La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
Porque a mí me podrían arrancar el recuerdo como un brazo, pero no la esperanza que es de hueso y cuando me la arranquen dejaré de ser esto que te estrecha las manos
Todo en la tierra se aleja alguna vez. La luna y el paisaje. El amor y la vida
Y más que cualquier dios, es creadora la esperanza del hombre
El reloj, en mi muñeca, dice que son las cinco de la tarde. La hora de los adioses, la hora en que la misma tarde agita nubecillas en despedida
Creo en la libertad a pesar de los cepos, a pesar de los campos alambrados