El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.
El trabajo aleja de nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.
En la política el arrepentimiento no existe. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento.
A pesar de las vanas teorías neocapitalistas, el Estado es cada vez menos el de todos y cada vez más el de unos pocos
La crispación española debe mucho, por desgracia, a tener una Iglesia muy de derechas, muy nacionalcatólica, muy distinta a la Iglesia de otros países
Ser secretario de un partido comunista era ser Luzbel. Tenía que comenzar los primeros mítines diciendo que no tenía ni rabo ni cuernos
En otras épocas consideré la ternura como una debilidad de la que tenía que protegerme