Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.
Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?.
El tictac de los relojes parece un ratón que roe el tiempo.
El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto.
El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo.
No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
El valor nunca es mayor que cuando nace de la última necesidad.
El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados.
Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.
Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros