Las grandes aflicciones jamás han enseñado, y mientras dure el mundo jamás enseñarán ninguna buena lección a parte alguna de la humanidad. Las miserias extremas, igual que las más grandes dichas, dejan ciegos a los hombres.
¿Alguna vez has visto la mirada de un perro abandonado en la calle? Si lo has hecho, habrás conocido la tristeza en toda su plenitud.
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
La tristeza no es, en muchos casos, sino la forma más refinada de la hipocresía.
La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
Yo no tengo idea, sólo tengo palabras y silencios.
Muy pronto en la vida es demasiado tarde.
Ningún amor puede sustituir al amor.
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
Luché por mi cuenta, con todas mis fuerzas, cada día, contra el horror de no comprender ya en absoluto el por qué de recordar. Y como tú, he olvidado