Aprecio al dinero más que a todas aquellas cosas que el dinero puede dar, pero menos que a las cosas que no podrán nunca alcanzarse con el dinero y que son las más excelentes aun en esta misera vida.
Una recta economía nunca se olvida de que no siempre es posible ahorrar; quien pretende economizar siempre, está perdido aun moralmente.
Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos.
El dinero lo ganan todos aquellos que, con paciencia y fina observación, van detrás de los que lo pierden.
Somos gente extraña. Nos pasamos la vida haciendo cosas que detestamos con objeto de ganar dinero para comprar cosas que no necesitamos e impresionar a personas que no nos caen bien.
La ambición es como un torrente: no mira nunca hacia atrás.
Quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza.
Las diversiones publicas son beneficiosas porque apartan a la gente del vicio
Las pruebas pesan más en la balanza de la justicia que los más elocuentes discursos
El temor a hacer bajezas e indignidades es valor, y es valor también saberlas sufrir cuando se nos hacen a nosotros