Los que desean la guerra, la preparan y por medio de vagas promesas de una paz venidera o creando el miedo a invasiones intentan convertirnos en colaboradores de sus planes, son amenaza para nuestro mundo y para cualquier tipo de paz.
No sé con qué armas se luchará en la tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la cuarta Guerra Mundial: Palos y piedras.
Las victorias de los pueblos siempre son debidas a la inteligencia de los generales y al valor de los soldados; y las derrotas a la fatalidad.
La guerra es la mayor plaga que puede afligir a la humanidad. Destruye la religión, destruye los Estados, destruye las familias. Cualquier calamidad es preferible a ésta.
La fuerza y el engaño son, en la guerra, las dos virtudes cardinales.
La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, y muy estrecho nos oprime.
Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.
Dejemos que el pasado sea el pasado.
Ten paciencia, alma mía: tú has sufrido cosas peores