Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas.
El amor tiene fácil la entrada y difícil la salida.
El oro es como las mujeres, que todos dicen mal de ellas y todos las desean.
La verdad de ninguna cosa tiene vergüenza sino de estar escondida.
Que pobreza no es vileza mientras no hace cosas malas.