Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.
La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto.
Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.
Es difícil juzgar la belleza: la belleza es un enigma.
Sólo por el respeto de sí mismo se logra el respeto de los demás