Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna.
Del pecado, lo peor es la perseverancia.
La mitad está hecha cuando tienen buen principio las cosas.
No es vencido sino el que cree serlo.
A quien dices el secreto das tu libertad.