La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma.
Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.
Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca.
Tenía la conciencia limpia; no la usaba nunca.
Muchos que quisieron traer luz, fueron colgados de un farol.