Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.
Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?.
El tictac de los relojes parece un ratón que roe el tiempo.
El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto.
El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo.
La obstinación es el sucedáneo más barato del carácter
Gran parte de las experiencias que he hecho sobre mí mismo las hice observando las particularidades de los demás
Somos tan pequeños como nuestra dicha, pero somos tan grandes como nuestro dolor
Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás
No es oro todo lo que reluce; pero deberíamos añadir que tampoco reluce todo lo que es oro