La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
La conciencia vale por mil testigos.
El que miente necesita tener buena memoria.
La ambición es un vicio, pero puede ser madre de la virtud.
No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.
Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.