La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma.
El gran teatro clásico ya no existe.
El teatro es tan infinitamente fascinante, porque es muy accidental, tanto como la vida.
Creo que no es posible vivir sin ideal, ni religión ni sensación de porvenir. Los hospitales estarían llenos de locos.
Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma.