La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
El conocer lo que tenemos delante de nosotros, en nuestra vida ordinaria, ésa es la principal sabiduría.
La soledad es a veces la mejor compañía, de modo que un corto retiro acelera un dulce retorno.
El sufrimiento purifica. Aquel que sepa sufrir mejor, hará mejor obra.
La soledad es a veces la mejor compañía, y un corto retiro trae un dulce retorno.
No cabe duda que la gente tiene que estar loca o extrañamente obcecada para cifrar la principal esperanza de su fidelidad o seguridad común en una sola persona, la cual, en el caso de que sea buena, no puede hacer más que otro hombre, y si es mala tiene poder para hacer más daño que millones de otros hombres