La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
No hay rincón muy tranquilo, o demasiado lejos, para que una mujer tome la tristeza en él
Cuando los hombres se hacen los brutos es sólo para que los tratemos como bestias
La vejez es el veredicto de la vida
Pero el poder del amante es el poder del poeta. Podemos hacer el amor de todas las cadenas comunes con los que se encadenan en este mundo
Pero, ¿qué sabemos del corazón más cerano al nuestro? ¿Qué sabemos de nuestro propio corazón