El cristianismo tiende ante todo a la libertad del espíritu humano, y, por consiguiente, no admite la posibilidad de una educación mecánica de las almas humanas para el paraíso terrenal.
El Cristianismo podría ser bueno, si alguien intentara practicarlo.
Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser cristiano de verdad.
La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte.
Creo que el mundo está en constante decadencia desde el siglo sexto antes de Cristo. Y , en cualquier caso, tocó definitivamente fondo en 1789. No soy multiculturalista, sino cosmopolita, que es lo contrario. El relativismo multiculturalista es un genocidio cultural contra todas las culturas, porque las disuelve en un gazpacho de ácido sulfúrico. No me interesa que las cosas cambien, sino profundizar en ellas
En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.
No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.
En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.