No tenemos que adquirir la humildad. La humildad está en nosotros, lo que pasa es que nos humillamos delante de falsos dioses.
La humildad es la madre, la raíz, la fuente nutricia, el fundamento, el vínculo con todas las demás virtudes.
Ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía; para con los inferiores, una prueba de nobleza.
La humildad, que no abunda entre los doctos, aún es menos frecuente entre los ignorantes.
Cuando no hay humildad, las personas se degradan.
Ni en un millón de años estaré cerca de Maradona
No importa si soy mejor qu
Visca el barça, visca Catalunya y aguante Argentina, la concha de su madre
No puedes permitir que tu deseo de ser un ganador te afecte por alcanzar el éxito antes y creo que hay espacio para mejorar en cada deportista
Hoy soy el hombre más feliz del mundo, nació mi hijo y doy gracias a Dios por este regalo