Nuestra felicidad se hace a veces con las cosas que desdeñamos.
Todas las familias felices se parecen entre si, las infelices son desgracias en su propia manera.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Es menester, en cuanto esto sea posible, que fundamentéis la felicidad en vosotros mismos, y que encontréis en vuestro ser el equivalente de los bienes que la fortuna os ha rehusado.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
¡Arte! ¿Quién lo comprende? ¿Con quién se puede consultar acerca de este gran dios
Amigos aplaudid, que la comedia ha terminado
Beethoven puede escribir música, gracias a Dios, pero él no puede hacer nada más en el mundo
Un gran poeta es la joya más preciada de una nación
Suenan tonos, y rugen y me tormentan hasta que no los he puesto en notas musicales