No hay más que dos especies de hombres: Una, la de los justos que se creen pecadores, y otra la de los pecadores que se creen justos.
El hombre que a los veinte años no cree en la mujer, no tiene corazón; y el que sigue creyendo en ella a los cuarenta, no tiene entendimiento.
Es mucho mejor sufrir por una mujer viva y hacer el ridículo por ella, que tener un fantasma sentado año tras año en el corazón.
El hombre es voluntad, y la mujer sentimiento. En esta nave de la vida la voluntad es el timón, y el sentimiento la vela; cuando la mujer pretende gobernar, el timón viene a ser sólo una vela.
Mujeres: no os enamoréis nunca de un hombre de genio porque al genio, en casa, sólo le queda el mal genio.
Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.
El mayor error que una persona puede cometer es tener miedo de cometer un error.
Nadie llegará muy lejos a menos que no haga lo imposible como mínimo una vez al día.
Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere.
Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias.