Nuestra felicidad se hace a veces con las cosas que desdeñamos.
Todas las familias felices se parecen entre si, las infelices son desgracias en su propia manera.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Es menester, en cuanto esto sea posible, que fundamentéis la felicidad en vosotros mismos, y que encontréis en vuestro ser el equivalente de los bienes que la fortuna os ha rehusado.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
Ni temor ni esperanza hay en un animal moribundo; un hombre espera su fin temiendo y esperando a todos
Coge, si es necesario, esta bolsita de sueños. Afloja la cuerda, y ellos te evolverán todo el año
Aquellos con quienes lucho yo no odio, los que guardo yo no amo
Hacemos de la pelea con los demás, la retórica, y de la pelea con nosotros mismos, la poesía
¿Cómo podemos discernir a la bailarina de la danza