Los que desean la guerra, la preparan y por medio de vagas promesas de una paz venidera o creando el miedo a invasiones intentan convertirnos en colaboradores de sus planes, son amenaza para nuestro mundo y para cualquier tipo de paz.
No sé con qué armas se luchará en la tercera Guerra Mundial, pero sà sé con cuáles lo harán en la cuarta Guerra Mundial: Palos y piedras.
Las victorias de los pueblos siempre son debidas a la inteligencia de los generales y al valor de los soldados; y las derrotas a la fatalidad.
La guerra es la mayor plaga que puede afligir a la humanidad. Destruye la religión, destruye los Estados, destruye las familias. Cualquier calamidad es preferible a ésta.
La fuerza y el engaño son, en la guerra, las dos virtudes cardinales.
En cierto sentido, se puede decir que Mises era prácticamente un anarquista. Si se contuvo y no extendió su lógica hasta el final -es decir, si en realidad no establece explÃcitamente el derecho a la secesión individual- fue porque simplemente estaba considerando este asunto como puramente técnico
Una de las cosas que más amenaza al Estado es el humor y la risa. El Estado asume que debes respetarlo, que lo debes tomar muy en serio. Hobbes decÃa que era algo muy peligroso el hecho de que las personas se rieran del gobierno. Asà que, trata de seguir siempre la siguiente regla: riéte y búrlate del gobierno tanto como te sea posible
es curioso que los economistas, en todas las otras áreas de la economÃa, se opongan a los monopolios y estén a favor de la competencia. (Se oponen a los monopolios ya que, desde el punto de vista del consumidor, las instituciones monopólicas producen a costos más altos que el costo mÃnimo y ofrecen un producto más caro cuya calidad es más baja de lo que serÃa en un entorno competitivo. Consideran la competencia como algo bueno para los consumidores porque los competidores están constantemente tratando de reducir sus costos de producción con el fin de trasladar estos costos más bajos en forma de menores precios para los consumidores y, por lo tanto, superar a sus competidores. Además, por supuesto, de tener que producir productos con la mayor calidad posible en estas circunstancias). Sin embargo, cuando se trata de la cuestión más importante para la vida humana -es decir, la protección de la vida y la propiedad- casi todos los economistas están a favor de que haya un monopolista prestando estos servicios
Lo primero que hay que hacer para oponerse al Estado debe ser, por supuesto, entender su naturaleza interior
Los gobiernos dividen la sociedad en dos castas: los que dan obligatoriamente su dinero al Estado y los que ganan dinero del Estado. Para mantener el sistema en funcionamiento, los que dan dinero debe ser numéricamente mucho mayores que los que reciben. Fue asà en los primeros dÃas de las naciones-estado y asà sigue siendo hoy en dÃa. La existencia de elecciones no cambia la esencia de esta operación