La economía como esencia de la vida es una enfermedad mortal, porque un crecimiento infinito no armoniza con un mundo finito.
Todo impuesto debe salir de lo superfluo, y no de lo necesario.
Economía no es avaricia, antes bien, es virtud el guardar para los tiempos calamitosos, aun cuando no sea sino en consideración a los herederos
Creo que el ahorro es esencial para una buena vida
La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado
En cierto sentido, se puede decir que Mises era prácticamente un anarquista. Si se contuvo y no extendió su lógica hasta el final -es decir, si en realidad no establece explícitamente el derecho a la secesión individual- fue porque simplemente estaba considerando este asunto como puramente técnico
Una de las cosas que más amenaza al Estado es el humor y la risa. El Estado asume que debes respetarlo, que lo debes tomar muy en serio. Hobbes decía que era algo muy peligroso el hecho de que las personas se rieran del gobierno. Así que, trata de seguir siempre la siguiente regla: riéte y búrlate del gobierno tanto como te sea posible
es curioso que los economistas, en todas las otras áreas de la economía, se opongan a los monopolios y estén a favor de la competencia. (Se oponen a los monopolios ya que, desde el punto de vista del consumidor, las instituciones monopólicas producen a costos más altos que el costo mínimo y ofrecen un producto más caro cuya calidad es más baja de lo que sería en un entorno competitivo. Consideran la competencia como algo bueno para los consumidores porque los competidores están constantemente tratando de reducir sus costos de producción con el fin de trasladar estos costos más bajos en forma de menores precios para los consumidores y, por lo tanto, superar a sus competidores. Además, por supuesto, de tener que producir productos con la mayor calidad posible en estas circunstancias). Sin embargo, cuando se trata de la cuestión más importante para la vida humana -es decir, la protección de la vida y la propiedad- casi todos los economistas están a favor de que haya un monopolista prestando estos servicios
Lo primero que hay que hacer para oponerse al Estado debe ser, por supuesto, entender su naturaleza interior
Los gobiernos dividen la sociedad en dos castas: los que dan obligatoriamente su dinero al Estado y los que ganan dinero del Estado. Para mantener el sistema en funcionamiento, los que dan dinero debe ser numéricamente mucho mayores que los que reciben. Fue así en los primeros días de las naciones-estado y así sigue siendo hoy en día. La existencia de elecciones no cambia la esencia de esta operación