El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
La humanidad progresa. Hoy solamente queman mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi.
Muchos que se adelantaron a su tiempo tuvieron que esperarlo en sitios poco cómodos.
La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.
El peor pecado contra el prójimo no consiste en odiarle, sino en mirarle con indiferencia. Ésta es la esencia de la humanidad.
El amor hay que pedirlo. Es como un espíritu que no puede hablar antes de que se le haya dirigido la palabra. Todo amor en el mundo está deseando hablar, pero no se atreve porque es tímido, tímido, tímido. Esa es la tragedia de la vida.
Este es el verdadero disfrute de la vida; el ser utilizado para un fin que uno mismo reconoce como realmente valioso; ser una fuerza de la naturaleza en vez de un pequeño atado, febril y egoísta, de males y de quejas de que el mundo no se va a dedicar a hacerlo a uno feliz.
El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.
El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.