El deporte gusta porque halaga la avaricia, es decir, la esperanza de poseer más.
El ejercicio físico es una bobada. Si estás bien no lo necesitas y si estás mal no puedes hacerlo.
Uno recuerda el deporte; yo aprendí a perder desde niño, a reconocer a un bateador cuando no pude y me sacó la pelota de jonrón. A mí me gusta, incluso, darle la mano y un abrazo. Ah, pero también aprendí a ganar y a ser humilde en la victoria y aspirar a un adversario que reconozca con honor nuestra victoria
Tranquilos, veréis como algún día, Leo hará un gol de cabeza. Y será un buen gol
Ejercítate y mantente en buenas condiciones. Los ejercicios básicos de yoga ayudan muchísimo, tanto a la mente como al cuerpo; y si uno se las puede arreglar para practicar una o dos horas semanales de judo, eso le liberará de todos sus complejos
El peor pecado contra el prójimo no consiste en odiarle, sino en mirarle con indiferencia. Ésta es la esencia de la humanidad.
El amor hay que pedirlo. Es como un espíritu que no puede hablar antes de que se le haya dirigido la palabra. Todo amor en el mundo está deseando hablar, pero no se atreve porque es tímido, tímido, tímido. Esa es la tragedia de la vida.
Este es el verdadero disfrute de la vida; el ser utilizado para un fin que uno mismo reconoce como realmente valioso; ser una fuerza de la naturaleza en vez de un pequeño atado, febril y egoísta, de males y de quejas de que el mundo no se va a dedicar a hacerlo a uno feliz.
El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.
El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.